El primer hombre que pisó la Luna puso ayer el pie en el telescopio más grande del mundo. Es el Gran Telescopio de Canarias, en la isla de La Palma, donde el estadounidense Neil Armstrong encabezó un debate de 108 minutos en el que discutió el futuro de la exploración del espacio con otros astronautas que protagonizaron la carrera espacial entre EEUU y la URSS, hace más de 40 años. Era su primera visita oficial a España desde la que hizo en octubre de 1969, en pleno franquismo, y unos tres meses después de haber estado en la Luna.
Lo primero que hizo fue una llamada de atención. "Teníamos la tecnología, el deseo y los recursos. A estas alturas podríamos tener ya una estación de investigación en la Luna como las que ahora tenemos en la Antártida", aseguró Armstrong. La afirmación contenía la misma melancolía que la que destilaban el resto de las intervenciones de los astronautas y cosmonautas que han acudido al festivalStarmus, que se celebra hasta hoy en Tenerife.
Es la primera visita oficial de Armstrong a España desde 1969
Los invitados escenificaron ayer la unión de los dos extintos bloques que batallaron durante décadas por llegar primeros al espacio y a la Luna. Del lado soviético, que ganó la primera batalla, estaba Alexei Leonov, el cosmonauta que realizó la primera caminata espacial en 1965. Leonov formaba parte de la primera hornada de cosmonautas soviéticos encabezada por Yuri Gagarin, el primer hombre que viajó al espacio en 1961 (durante 108 minutos) y centro del encuentro, que celebra el 50 aniversario de la hazaña.
"Ahora los astronautas y los cosmonautas ya no sabríamos trabajar separados", aseguró Leonov, que participó en la misión Apolo-Soyuz, en la que una nave soviética y otra estadounidense se juntaron en el espacio en 1975. Junto a él estaba el propio Armstrong, que encarna el segundo y definitivo triunfo de EEUU al llegar a la Luna. Junto a ellos había ayer astrofísicos como George Smoot, Nobel de Física en 2006; Brian May, más conocido como guitarrista de Queen; Francisco Sánchez, director del Instituto de Astrofísica de Canarias, y Garik Israelian, organizador de Starmus. También asistieron biólogos y polemistas como Richard Dawkins o el también Nobel Jack Szostak.
Sin Aldrin
"Podríamos tener ya una estación de
investigación" en el satélite, dijo
La gran ausencia fue la de Buzz Aldrin. El segundo hombre en pisar la Luna se marchó del festival hace dos días, antes de que aterrizase Armstrong. Desde que ambos regresaron a la Tierra su relación no ha sido la mejor, en parte porque Armstrong fue elegido para ser el primero en descender a la Luna, para escarnio de Aldrin. Ambos quedaron trastocados por su viaje, y si Aldrin hace todo tipo de apariciones públicas, Armstrong hace todo lo contrario y no es raro que cancele sus actos en el último momento. Anteayer, hasta sus compañeros del programa Apolo no querían hacer apuestas sobre si finalmente aparecería en Tenerife. Pero, sin apenas hacer ruido, Armstrong estaba comiendo en el restaurante del hotel donde se celebra Starmus. El primer hombre que llegó a la Luna es hoy un venerable anciano de 80 años de gesto amable, pero pocas palabras hasta ayer.
"Hay muchos lugares en el espacio que merecen arriesgar la vida de un hombre para alcanzarlos", aseguró el astronauta. "Creo que hay mucho mérito en regresar a la Luna. Es un lugar a salvo de la radiación donde podemos prepararnos para ir más allá", señaló. Ir a Marte es "deseable", dijo, pero si se hace directamente, "nos arriesgamos a que, si sale mal, podría inhabilitarnos para llegar más lejos".
Leonov se mostró más preocupado por los posibles impactos de asteorides. "Deberíamos construir un escudo para impactos peligrosos, es una tarea que protegería a toda la humanidad. Si el impacto que sucedió en Tunguska [Rusia] hubiese caído en Londres, habría destrozado toda la ciudad", señaló. Smoot calmó los ánimos, mencionando que ya hay sistemas de observación que permiten detectar objetos peligrosos. Sin embargo, Jill Tarter, del proyecto de búsqueda de inteligencia extraterrestre SETI, dijo que en ocasiones la trayectoria de los objetos no lo permite. "No tenemos a los dinosaurios entre nosotros porque los dinosaurios no tenían un programa espacial", señaló.
Brian May, doctor en astrofísica, también expuso sus deseos de futuro. "Me encantaría ver un Gran Telescopio de Canarias construido en la Luna; sería de un valor enorme", comentó.
Lo primero que hizo fue una llamada de atención. "Teníamos la tecnología, el deseo y los recursos. A estas alturas podríamos tener ya una estación de investigación en la Luna como las que ahora tenemos en la Antártida", aseguró Armstrong. La afirmación contenía la misma melancolía que la que destilaban el resto de las intervenciones de los astronautas y cosmonautas que han acudido al festivalStarmus, que se celebra hasta hoy en Tenerife.
Es la primera visita oficial de Armstrong a España desde 1969
Los invitados escenificaron ayer la unión de los dos extintos bloques que batallaron durante décadas por llegar primeros al espacio y a la Luna. Del lado soviético, que ganó la primera batalla, estaba Alexei Leonov, el cosmonauta que realizó la primera caminata espacial en 1965. Leonov formaba parte de la primera hornada de cosmonautas soviéticos encabezada por Yuri Gagarin, el primer hombre que viajó al espacio en 1961 (durante 108 minutos) y centro del encuentro, que celebra el 50 aniversario de la hazaña.
"Ahora los astronautas y los cosmonautas ya no sabríamos trabajar separados", aseguró Leonov, que participó en la misión Apolo-Soyuz, en la que una nave soviética y otra estadounidense se juntaron en el espacio en 1975. Junto a él estaba el propio Armstrong, que encarna el segundo y definitivo triunfo de EEUU al llegar a la Luna. Junto a ellos había ayer astrofísicos como George Smoot, Nobel de Física en 2006; Brian May, más conocido como guitarrista de Queen; Francisco Sánchez, director del Instituto de Astrofísica de Canarias, y Garik Israelian, organizador de Starmus. También asistieron biólogos y polemistas como Richard Dawkins o el también Nobel Jack Szostak.
Sin Aldrin
"Podríamos tener ya una estación de
investigación" en el satélite, dijo
La gran ausencia fue la de Buzz Aldrin. El segundo hombre en pisar la Luna se marchó del festival hace dos días, antes de que aterrizase Armstrong. Desde que ambos regresaron a la Tierra su relación no ha sido la mejor, en parte porque Armstrong fue elegido para ser el primero en descender a la Luna, para escarnio de Aldrin. Ambos quedaron trastocados por su viaje, y si Aldrin hace todo tipo de apariciones públicas, Armstrong hace todo lo contrario y no es raro que cancele sus actos en el último momento. Anteayer, hasta sus compañeros del programa Apolo no querían hacer apuestas sobre si finalmente aparecería en Tenerife. Pero, sin apenas hacer ruido, Armstrong estaba comiendo en el restaurante del hotel donde se celebra Starmus. El primer hombre que llegó a la Luna es hoy un venerable anciano de 80 años de gesto amable, pero pocas palabras hasta ayer.
"Hay muchos lugares en el espacio que merecen arriesgar la vida de un hombre para alcanzarlos", aseguró el astronauta. "Creo que hay mucho mérito en regresar a la Luna. Es un lugar a salvo de la radiación donde podemos prepararnos para ir más allá", señaló. Ir a Marte es "deseable", dijo, pero si se hace directamente, "nos arriesgamos a que, si sale mal, podría inhabilitarnos para llegar más lejos".
Leonov se mostró más preocupado por los posibles impactos de asteorides. "Deberíamos construir un escudo para impactos peligrosos, es una tarea que protegería a toda la humanidad. Si el impacto que sucedió en Tunguska [Rusia] hubiese caído en Londres, habría destrozado toda la ciudad", señaló. Smoot calmó los ánimos, mencionando que ya hay sistemas de observación que permiten detectar objetos peligrosos. Sin embargo, Jill Tarter, del proyecto de búsqueda de inteligencia extraterrestre SETI, dijo que en ocasiones la trayectoria de los objetos no lo permite. "No tenemos a los dinosaurios entre nosotros porque los dinosaurios no tenían un programa espacial", señaló.
Brian May, doctor en astrofísica, también expuso sus deseos de futuro. "Me encantaría ver un Gran Telescopio de Canarias construido en la Luna; sería de un valor enorme", comentó.