Hace unas semanas se mostró un reportaje-denuncia en que aparecía un empleado de una cadena de pizzerías recogiendo de la basura las cajas de cartón corrugado para reutilizarlas y así ahorrar en la reposición.
En pleno paseo Ahumada de Santiago, no más allá de un par de años, le reclamé a un encargado del establecimiento porque había visto recoger esas cajas de un basurero dentro del local y llevarlas atrás.
El "manager" me dijo que eso respondía a que se juntaban las cajas para entregarlas amarradas a los cartoneros que pasaban por las noches recolectando el desperdicio. ¡Vaya excusa pobre!
Después de haber visto el procedimiento con que se elabora el cartón corrugado y el llamado papel kraft, producto del reciclaje de desechos de papel, de haber seguido la manipulación de la confección de las cajas para pizzas y otros envases y al observar el proceso de impresión, quiero decir a los lectores que la caja "nueva" en que le entregan la pizza no difiere mucho en higiene de la que se saca de la basura.
En la comunidad europea y en varios países latinoamericanos ha saltado una voz de alerta para advertir a las autoridades de salud que debe dictarse a la brevedad una norma estricta para el envase de alimentos y la manipulación de productos perecibles que van directamente de la caja al consumidor.
Organizaciones privadas de Bélgica, Italia y Portugal, analizaron más de 40 envases del llamado "papel kraft" y cartón corrugado y encontraron diversas sustancias contaminantes como los ftalatos, los hidrocarburos aromáticos, las benzofenonas y el bisfenol A.
En Argentina, desde abril del año pasado se inició un vasto control de estos envases, por no corresponder a los parámetros de los códigos sanitarios vigentes.
Al proceso de fabricación del cartón corrugado, debe sumarse la manipulación, la contaminación ambiental, las condiciones de almacenamiento, el contacto con grasas, químicos y solventes, la impresión, el corte, el troquelado, el armado, todo en condiciones no aptas para colocar en forma directa productos alimenticios.
El papel de las bolsas para el pan, el papel de envolver las empanadas, las tortas y otros alimentos traen su "agregado" a los productos que contienen.
Si hay que hilar más delgado, es cuestión de analizar el papel "blanco" no apto para contener alimentos, que se usan para envolver el queso, el jamón y otros... en fiambrerías y supermercados.
El papel de diario, poco menos, resulta tan o igual de higiénico.
No les quepa duda que esto se arrastra por décadas... En los paseos peatonales, en las ferias y en otros recintos se acostumbraba vender las pizzas individuales, que se manipulaban sin ningún cuidado. El mismo que manejaba el carrito las hacía, cortaba el queso, lo ponía con la mano, rebanaba el tomate, con el jugo que le corría por las manos sucias, las cocinaba y para servirlas las colocaba sobre papel continuo de impresora, que recogía de los basureros de los bancos o de las oficinas.
¡Para qué hablar de las sopaipillas! o de los vasos de vidrio del "mote con huesillo", que se lavan en un balde inmundo, o de las papas fritas callejeras que se ponen en "cartuchos" hechos con cualquier papel o de cualquier forma... ¡No hay salud!
En pleno paseo Ahumada de Santiago, no más allá de un par de años, le reclamé a un encargado del establecimiento porque había visto recoger esas cajas de un basurero dentro del local y llevarlas atrás.
El "manager" me dijo que eso respondía a que se juntaban las cajas para entregarlas amarradas a los cartoneros que pasaban por las noches recolectando el desperdicio. ¡Vaya excusa pobre!
Después de haber visto el procedimiento con que se elabora el cartón corrugado y el llamado papel kraft, producto del reciclaje de desechos de papel, de haber seguido la manipulación de la confección de las cajas para pizzas y otros envases y al observar el proceso de impresión, quiero decir a los lectores que la caja "nueva" en que le entregan la pizza no difiere mucho en higiene de la que se saca de la basura.
En la comunidad europea y en varios países latinoamericanos ha saltado una voz de alerta para advertir a las autoridades de salud que debe dictarse a la brevedad una norma estricta para el envase de alimentos y la manipulación de productos perecibles que van directamente de la caja al consumidor.
Organizaciones privadas de Bélgica, Italia y Portugal, analizaron más de 40 envases del llamado "papel kraft" y cartón corrugado y encontraron diversas sustancias contaminantes como los ftalatos, los hidrocarburos aromáticos, las benzofenonas y el bisfenol A.
En Argentina, desde abril del año pasado se inició un vasto control de estos envases, por no corresponder a los parámetros de los códigos sanitarios vigentes.
Al proceso de fabricación del cartón corrugado, debe sumarse la manipulación, la contaminación ambiental, las condiciones de almacenamiento, el contacto con grasas, químicos y solventes, la impresión, el corte, el troquelado, el armado, todo en condiciones no aptas para colocar en forma directa productos alimenticios.
El papel de las bolsas para el pan, el papel de envolver las empanadas, las tortas y otros alimentos traen su "agregado" a los productos que contienen.
Si hay que hilar más delgado, es cuestión de analizar el papel "blanco" no apto para contener alimentos, que se usan para envolver el queso, el jamón y otros... en fiambrerías y supermercados.
El papel de diario, poco menos, resulta tan o igual de higiénico.
No les quepa duda que esto se arrastra por décadas... En los paseos peatonales, en las ferias y en otros recintos se acostumbraba vender las pizzas individuales, que se manipulaban sin ningún cuidado. El mismo que manejaba el carrito las hacía, cortaba el queso, lo ponía con la mano, rebanaba el tomate, con el jugo que le corría por las manos sucias, las cocinaba y para servirlas las colocaba sobre papel continuo de impresora, que recogía de los basureros de los bancos o de las oficinas.
¡Para qué hablar de las sopaipillas! o de los vasos de vidrio del "mote con huesillo", que se lavan en un balde inmundo, o de las papas fritas callejeras que se ponen en "cartuchos" hechos con cualquier papel o de cualquier forma... ¡No hay salud!